Por medio de la pagina web de la revista colombiana SEMANA, se da a conocer la situación particular de los migrantes venezolanos en Argentina debido a la inflación en el país.
En el marco del Día Nacional de las Personas Migrantes, se plantea que los aproximadamente 170,000 venezolanos que residen en Argentina podrían estar considerando una vez más la posibilidad de emigrar a otros países de Sudamérica en busca de mejores condiciones de vida. La situación económica en Argentina no ha experimentado mejoras sustanciales en la última década, con una inflación del 102.5% en el último año, una de las tasas más altas a nivel mundial. Este fenómeno afecta de manera significativa a los extranjeros que requieren de condiciones estables para su estadía en el país.
Los migrantes venezolanos, en particular, podrían estar siendo fuertemente impactados por estas cifras, ya que muchos escaparon de su país debido a una hiperinflación incontrolable. El costo de la vivienda en alquiler, los alimentos y los medicamentos se ha vuelto especialmente oneroso.
Por lo tanto, es plausible que los cerca de 170,000 migrantes venezolanos que viven en Argentina consideren la posibilidad de partir hacia otros países de Sudamérica con una situación económica más predecible y estable.
En cuanto a la inflación, aunque Argentina ha experimentado un aumento constante en las tasas inflacionarias durante las últimas cinco décadas, las cifras recientes son motivo de preocupación. En febrero, la inflación alcanzó el 6.6%, lo que significa que tanto los ciudadanos locales como los extranjeros ven disminuir su poder adquisitivo día a día. Sin embargo, los argentinos, de alguna manera, han desarrollado mecanismos de adaptación y redes de protección para hacer frente a esta situación.
Se relata el caso de Dayana Villora, una venezolana que vivía en Argentina, donde había buscado refugio de la inseguridad y la crisis económica en Venezuela. A pesar de haber tenido un negocio gastronómico en Argentina, decidió dejar Buenos Aires debido a la pérdida constante de su poder adquisitivo, describiendo su experiencia como una «frustración económica» y destacando su deseo de mejorar su calidad de vida.
Otro caso ejemplar es el de Sikiuk Elizabeth Méndez, de 48 años, quien llegó a Argentina en 2017 después de un largo viaje por tierra debido a las dificultades para encontrar vuelos a Venezuela en ese momento. A pesar de haber encontrado trabajo y sentir que vivía en un país moderno al principio, con el tiempo, la situación económica se tornó cada vez más complicada, y los precios disparados la llevaron a tomar la decisión de regresar a Venezuela, a pesar de los altos costos de la comida en su país de origen. Méndez también planea emigrar nuevamente a otro destino.
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