Una tarde, una mujer me escribió por WhatsApp para preguntarme por un caso especial. Ella sentía mucho aprecio por su exsuegra y quería consultarme sobre un hijo de esta señora, que había desaparecido hace más o menos 15 años. Días después, la mujer me envió la información del hombre desaparecido y me contó que a su exsuegra le informaron que su hijo había muerto en Estados Unidos y que no lo siguiera esperando porque era en vano.
Mi respuesta es igual en todos los casos, yo observo las fotografías de las personas y si siento alguna energía, intento canalizar. Al poco tiempo, la mujer me llamó a preguntarme sobre la canalización, pero solicité hablar directamente con la mamá del señor.
En una entrevista que tuve con una médium de Alemania, supe que mi capacidad para canalizar era algo innato, pero además también soy clarivente y clariconsciente, y eso significa que puedo ver y sentir cosas que van a pasar o han pasado. La mediunidad es algo que he venido desarrollando y aprendiendo a pasos agigantados en estos meses, pero, con respecto al don de la clarividencia, pienso que debo esperar mucho tiempo para aprender el significado de los símbolos que puedo ver y sentir. Por ejemplo, en algunos mensajes que entrego de seres trascendidos, ellos me muestran que una persona puede tener hijos, pero yo aún no puedo decir con exactitud cuántos hijos van a tener, ni cuándo van a llegar esos bebes; ni tampoco determinar si llegan o no, porque es necesario recalcar que lo que más se respeta en esta dimensión es el libre albedrío.
Cuando tuve el encuentro con la madre del señor desaparecido, iniciamos una conversación muy amena. Ella, muy amablemente me contó con detalles la historia sobre la desaparición de su hijo. Cuando termino, le hable sobre mi experiencia como médium y algunos mensajes que había recibido, para ponerla en contexto sobre lo que podía hacer con este don. Por Diosidencias de la vida, la noche que entregué el mensaje en casa del joven futbolista, había una mujer que era conocida de la exnuera de la señora y por esa razón nos conocimos. Fue inevitable contarle la experiencia de este joven, sobre todo porque ella tenía que saber que el domingo, cuando me enteré de la muerte de este chico por noticias, yo intenté canalizarlo, pero no me fue posible y la razón fue porque el joven aún estaba con vida. De esa misma manera, me pasaba con este señor. Por más de que intentaba contactarme con él, no me fue posible. Lo que pude sentir y concluir de este encuentro, es que su hijo no está muerto.
La alegría de ese momento se manifestó en el rostro de esta piadosa mujer y me dijo que su corazón de mamá también sentía que su hijo esta vivo. Esa alegría fue contagiosa. Antes de terminar con la conversación, le dije a esta mujer que por alguna razón, observaba el número cincuenta. No podía entender el significado, ni tampoco podía decirle que iba a pasar, pero era lo que sentía en el momento. Ella me dijo que su hijo actualmente tiene 43 años. Fui muy clara con la señora al comentarle sobre mi clarividencia, porque aún no puedo hablar mucho sobre esta capacidad de percepción, pero quizás algún hecho relacionado a este número podría ocurrir. Talvez cuando su hijo cumpla cincuenta años, volverá a su hogar o ella tendrá noticias de él; pero eso solo Dios y el tiempo lo determinarán.
Publicado por S.J. Muñoz.